Los pinchazos a mujeres son una forma más de violencia de género

Después de un largo recorrido por diversos países europeos, a lo largo de todo el verano se han sucedido en nuestro país las denuncias por pinchazos a mujeres en discotecas, fiestas populares y otros entornos de ocio.

En la inmensa mayoría de los casos no se ha podido comprobar que tales agresiones hayan supuesto la inoculación de drogas u otras sustancias con el fin de obtener la denominada sumisión química. Por esa razón, algunos grupos de diversa índole (también del ámbito policial) se han apresurado a minimizar hechos reconocidos por diversas autoridades, con el fin de sustentar su negacionismo de la violencia que específicamente se dirige hacia las mujeres.

Sin embargo, hay datos objetivos que sin ninguna duda configuran estas agresiones como una forma más de la violencia de género ejercida por hombres contra las mujeres. En todos los casos de este tipo que se han conocido, las víctimas han sido mujeres jóvenes y todos los agresores identificados han sido hombres. Los pinchazos, aunque no conlleven la inoculación de sustancia alguna, suponen un delito de lesiones, que, además, podrían constituir un agravante de odio por misoginia, según se contempla en nuestro Código Penal. Estas agresiones han despertado un justificado temor colectivo entre las mujeres, que se ven empujadas a abandonar el espacio público o a modificar su comportamiento en relación al ocio. En definitiva, y al margen de los aspectos delictivos de estas agresiones, se están lesionando gravemente derechos constitucionales de las mujeres.

Desde Unijepol expresamos nuestra solidaridad con las víctimas de esta nueva forma de violencia de género y el repudio más absoluto hacia los agresores. También expresamos nuestro rechazo a quienes, desde cualquier medio, pretenden negar la realidad, mitigarla o esconderla para justificar su ideología. Aplaudimos las iniciativas que se están desarrollando en diversos ámbitos para combatir estas agresiones y apoyar a las víctimas, como los puntos violetas organizados por algunos municipios en sus festejos populares o los protocolos de actuación que se han puesto en marcha en algunos hospitales. Pedimos a los poderes públicos que sigan prestando toda la atención que estas agresiones merecen y que intensifiquen iniciativas como las anteriores.

También queremos expresar nuestra felicitación a la Policía Local de La Rápita (Tarragona) que ha identificado a uno de estos agresores y a los servicios policiales que se están reuniendo en diversos ámbitos para estrechar su colaboración y establecer protocolos de actuación para desarrollar una actuación más eficaz ante estos delitos.

Por último, pedimos a todas las Policías Locales el máximo compromiso profesional en la prevención, la persecución y la investigación de los hechos de este tipo que se produzcan en sus respectivas comunidades locales.

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